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hace 3 años
Aucas

"No es que hemos rechazado, están ahí pero nada por escrito o en concreto" (VIDEO)

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Alexander Alvarado desde sus inicios en SD.Quito, consolidación en Aucas e inminente traspaso

Alexander Alvarado, uno de los futbolistas con mayor expectativa del fútbol ecuatoriano por su calidad, habló con “Un Rato Ameno” sobre la que ha sido una corta pero creciente carrera como profesional.

Oriundo de una familia sólida y unida en la ciudad de Quevedo, Alexander Alvarado recordó sus años de formación profesional en Independiente del Valle, Deportivo Quito y Gualaceo SC, antes de llegar a Aucas en calidad de gran promesa.

 

Sus deseos de volver a jugar. “Lo principal es que retorne el campeonato porque yo estoy acá, estoy en Aucas, me sigue pagando Aucas y estoy entrenando ahí. Después, si se da mi salida o no, es punto a parte. Yo tengo como prioridad que regrese el campeonato”.

 

Pasó el confinamiento en brazos de su familia. “Por suerte, cuando empezó la cuarentena me pude ir a mi casa en Quevedo. Pasé con mis papás en la finca, súper relajado. Después tuve que regresar, pero trato de no salir mucho, sólo para lo que tengo que hacer. Es un poco raro con la mascarilla, me he tenido que regresar del auto un par de veces porque me la he olvidado”.

 

Su entorno. “En Quevedo vivimos en el campo, los Alvarado vivimos todos juntos y podíamos hacer dos nueve a nueve para jugar. Como nadie salía, estaba seguro de que nadie estaba contagiado. Hacía todas las rutinas que me pasaba el profe, pero yo me la pasé increíble allá”.

 

Los entrenamientos con distanciamiento social. “Es complicado porque estamos acostumbrados a otro tipo de cosas, te abrazabas con tus compañeros y eso. Ahora no, tenemos un veedor de la Liga Pro que está pendiente de todo, al gimnasio sólo se pude ir en grupos de a cinco. Es complicado, pero ya completamos un mes de entrenamiento y nos hemos adaptado”.

 

Su gran amor y pasos profesionales. “Mi papá se esforzó al máximo conmigo, no somos una familia con mucho dinero y tampoco los más pobres. Mi papá se esforzaba todos los días para que yo tenga todo, le exigía los zapatos más caros y él siempre me los daba; salía a trabajar a las cuatro de la mañana. De a poco me di cuenta de sus esfuerzos. Me llevó a una escuela de fútbol, pasé por Deportivo Quevedo, me probé en Independiente y fue triste porque estaba solito, sin mi familia; fue un día difícil para mí. Era muy pequeño, dejé Independiente y me fui a estudiar, mi papá me dijo que se acabó el sueño, pero después de un intercolegial me llevó un amigo que era preparador físico al Deportivo Quito, viajé y aprobé; a los dos meses el profesor Tabaré me subió a primera. Después llegó Marcelo Fleitas a primera y desde ahí me quedé en primera hasta que se perdió la categoría y tuve que salir al Gualaceo”.

 

Su primer partido fue con la AKD. “Yo debuté cuando ya se había perdido la categoría, lo jugamos entre jugadores de primera y reserva. Yo entré al minuto sesenta o setenta y ya estábamos perdiendo con Independiente. Estaba cumpliendo mu sueño, no como yo quería, pero mi familia y yo estábamos contentos”.

 

Le costó integrarse en Aucas. “Cuando yo llegué a Aucas sólo quedaba Diego Palacios. Con Chiki tuve una gran conexión, junto con Jasnus Vivar y Jairón Bonett, nos llevamos súper bien; como hermanos. No conocía a nadie más, era difícil porque yo llegaba con 18 años a un lugar totalmente nuevo. Me tuve que integrar de a poquito”.

 

Sueños que parecían desvanecerse. “No creí que iba a llegar a jugar el mundial, ni si quiera a la Selección porque nunca coincidía mi categoría; siempre era un año más o un año menos. Cuando llegué a Gualaceo era el único juvenil, sabía que iba a jugar seguro. Cuando me llamaron a Aucas no lo pensé ni una vez”.

 

Cauto y reservado ante una inminente transferencia internacional. “No es que rechazamos, están ahí pero no hay nada escrito ni llega nada concreto. No voy a decir nombres porque después me van a etiquetar en todas las páginas. Como lo dijo el profe Soler, hay de Europa y de México, pero repito, nada concreto. Yo preferiría hablar más de Aucas porque a veces uno habla demás o se expresa mal. Si no sale algo, después van a decir que no se dio porque hablé. Mi deseo es salir del país, por temas personales y económicos; es mi sueño”.

 

La derrota contra Vélez Sarsfield. “Ya me estaba olvidando de ese momento… En Argentina jugamos bien, no como queríamos, pero lo hicimos bien. Llegamos con un resultado que era remontable. Acá hicimos todo bien hasta el minuto 94. Ahora ya nos reímos. Creo que fue mala suerte nada más. Estábamos en nuestro día, ellos estaban ahogados y fuimos y fuimos. En el camerino me tocó dopping y yo estaba a parte. Al siguiente día estábamos todos más tranquilos, mala suerte lo que le pasó a Arboleda, pero le podía pasar a cualquiera”.

 

Cambiaron de timonel. “Cuando me enteré que se iba el profe Maxi me puse muy triste. Él me quería mucho y yo también, había una gran confianza. Hicimos una gran amistad con él. Al profesor Tempesta lo conocí en el 2018 y es una persona que te exige mucho, nos cambió un poco el tema táctico, pero en el equipo hay nombres y calidad; tenemos con qué. No vamos a llegar al cien porque no podemos hacer ni un reducido, pero sí estaremos bien en lo físico”.

 

Ganarse a la hinchada de Aucas. “Por suerte el año pasado ya me comenzaron a querer un poco. En 2018 yo no quería ni salir a los partidos, me insultaban un montón. Yo hasta le decía a mi papá que no me venga a ver a los partidos. Me llenaba la cabeza de cosas, pero después fui aprendiendo a no ver nada después de un partido; sobre todo redes. Luego ya comenzaron a confiar en mí y eso me daba ánimos”.

 

Una finta a su ídolo. “Me dieron la pelota de espaldas y yo le amagué al Toño, yo no vi pero dicen que se resbaló. Te juro que no la vi, pero escuché que la gente gritaba y eso me daba ánimos de hacerlo. Antonio Valencia es Antonio Valencia. Y siempre supe que no estaba aún para volver a Ecuador cuando vino. Es mi referente, me encantaba jugar contra él por verlo en vivo. Ese día fue la primera vez que lo vi, él se acercó y me dijo felicitaciones por el mundial, yo me quedé como loco. Después me regaló la camiseta”.

 

La historia de una camiseta que atesora. “Se acercó y me dijo que tengo que ir a jugar a Liga (Antonio Valencia), yo por llevarle la corriente le dije que me tienen que llevar; no le iba a decir que no. Después, en una jugada que se paralizó el partido, yo le pedí la camiseta y me dijo que tranquilo. Se terminó, él se quedó dando una entrevista, y cuando llegué al camerino ya tenía la camiseta en mi puesto”.

 

Su gran ídolo. “Mi referente es Cristiano, lo tengo como referente desde chiquito. Siempre lo veía desde el colegio. Yo a mi papá le decía que soy Cristiano”.

 

Finalmente, ve a su equipo preparado para dar pelea. “Hay con qué, lo hemos hablado con los muchachos. Somos conscientes de que no vamos a llegar al cien por ciento porque no hemos hecho fútbol ni un día. Tenemos calidad y todos peleamos por un puesto. Los que esperan están a la par de los que supuestamente somos titulares”.

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