"El tema es que esto nos deja una enseñanza" (VIDEO)

Siempre positivo y con un mensaje de alegría para quienes admiran y siguen su trabajo, Jorge Célico habló, sin ningún tipo de trabas, sobre su vida personal y la forma en la que mira la vida. Más allá de la cuarentena.

 

Su confinamiento y el de los suyos. “Haciendo lo mismo que el resto, tratando de ocupar este tiempo, esta posibilidad inédita de estar en nuestras casas. Me junto con mi cuerpo técnico dos horas al día, pensando en el futuro y tratando de inyectar optimismo. Después compartiendo bastante con la familia, desayuno, almuerzo y cena, cosa que es poco habitual en el mundo del fútbol. A la noche tomamos un recreo para ver una película. No salimos de casa para nada, salvo para comprar algo”.

 

La niñez. “Nací en un baño muy futbolero, muy porteño como Parque Patricios; donde hay prioridades como el fútbol, el tango y el compartir en familia los fines de semana. Nací muy cerca del estadio de Huracán, yo al inicio jugaba en el arco, me costaba mucho por la estatura, pero hice toda la formación en el club. Hice mis dos primeros contratos, antes de ir a Arsenal, Boca Unidos y Sarmiento, equipos que me sirvieron para hacer una carrera deportiva”.

 

Sus inicios en los banquillos. “Mis inicios como entrenador también tuvieron que ver con Huracán. Paseaba por el barrio y me pidieron dar una mano con los chicos”.

 

El día que valoró todo. “Algo traumático que me tocó fue muy chico, cuando tenía once o doce años y empecé. Me fui a los 22, después de más de diez años de ir todos los días a mi casa. Cuando llegó ese momento, en el que ya no contaban conmigo, fue duro. Me tocó irme a otra provincia, lejos de capital federal y cuando no había la posibilidad de contactarse tan fácil como ahora. Íbamos a una telefónica, marcábamos un código y con suerte hablaba con mi mamá y con mi hermano”.

 

Los esfuerzos. “Fue ahí cuando empecé a darle valor a la familia, al desayuno de mamá y al lavado de ropa. Pasé a vivir en una pensión deportiva, en la que había una cantidad de habitaciones, muy pocas ocupadas, algún basquetbolista, otro tenista y dos futbolistas. Íbamos a comer a diez cuadras de la residencia y tomábamos mate cuando había gas en la cocina. Aprendes a vivir, te das cuenta de que lo que haces amas mucho, si no, no aguantas, pero sobre todo a valorar todo”.

 

Un pilar de su vida. “La mano dura mi mamá, era la que manejaba la casa. El ejemplo, el amor al trabajo, era mi padre. Mi madre me corregía, en esa época era otro el trato, ella sacaba el cinturón y eran dos a la cola. Mi vieja es todo, tengo la dicha de tener una madre que está lúcida a sus 89 años, está muy bien, charla y dialoga; no tiene costumbres anticuadas. La traemos de vez en cuando al Ecuador, aunque ahora ya es más difícil”.

 

Enamorado de su vida. “Soy sincero y poco original: no cambiaría nada. A lo largo de mi vida profesional, mi familia y mis hijos me hacen muy feliz. Gracias a Dios la vida no me trató tan mal, a pesar de que ha sido sacrificada”.

 

Disfruta dirigiendo. “Estoy haciendo lo que siempre quise hacer, siempre digo que lo mío no es un trabajo. Lo disfruto todo el tiempo. Estar en casa sí me pone incómodo porque uno quiere estar en la cancha, viendo y seleccionado jugadores, quiero estar sufriendo en la cancha. Es lo que me gusta, y por eso lo hago”.

 

Una ausencia que lamenta. “Perdí muy joven a mi papá, si pudiera traerlo de vuelta para preguntarle su opinión sobre lo que hice en mi vida profesional. Me habría gustado tener esa orientación que no tuve”.

 

Lo que más le enorgullece. “La satisfacción de haber ayudado a alguien, hoy veo chicos a los que les cambió la vida, que eran muy humildes y que a partir de su carrera profesional han podido cambiar su entorno. Siento una gran felicidad de haber podido ayudar”.

 

Se debe aprender de estos momentos. “Esto que está pasando nos sitúa en otro lugar, pero el tema es que nos deja una enseñanza. Tienes el ejemplo de que si tienes dinero no lo puedes usar. ¿Qué vas a comprar si no puedes ni salir? Hay que situarse qué es uno y para qué está uno. Hay que ser solidario. Estoy seguro de que la mayoría de la población lo está pasando mal. Me pasa con los chicos, estoy en permanente comunicación con los chicos”.

 

Finalmente, un consejo. “También es época de aprendizajes, hoy tenemos Youtube y muchas herramientas, hoy hay que dedicarle mucho tiempo a la familia porque luego nos agarra la vorágine del trabajo y dejamos de lado a la esposa y a los hijos. Hay que moverse. A no quejarse, estamos en casa pero tenemos salud; hay otros que están en una camilla y ni hablar de los que han fallecido y no han podido ser ni velados”.