“¡Yo le advertí a Gonzalo que no le iban a perdonar por la galleta a James Rodríguez!” (ENTREVISTA)
Mónica Jiménez, mamá de Gonzalo Plata, habló de la Eliminatoria, el Mundial y los “sacrificios” que debió hacer su hijo
Orgullosa al máximo por lo que está consiguiendo su hijo con apenas 21 años de edad, siendo considerado como la figura de la Selección Ecuatoriana que dirige Gustavo Alfaro y ya es Mundialista, Mónica Jiménez, la madre de Gonzalo Plata, tuvo imperdibles confesiones sobre lo que les ha costado llegar a este momento.
“Es algo lindo, es algo para darle las gracias a Dios, pero sólo él sabe lo que ha costado todo. El sacrificio que se hizo cuando no se tenía nada, pero el apoyo de las personas de buen corazón estuvo presente. Cuando Gonzalo llegó al Mundial Sub-20 (en el que la Tri obtuvo el bronce), algo en mi corazón me hizo que le dijera que venían cosas grandes para él y ahora lo de Qatar 2022 es una bendición, pero también le dije que debía de entregar más de él. Y que debía ponerse en las manos de Dios”, inició Mónica en diálogo con diario ‘Extra’.
Recordando el fenomenal arranque que tuvo Gonzalo en estas Eliminatorias y su deslumbrante actuación en el histórico 6x1 a Colombia, aseveró: “le advertí a Gonzalo en el partido contra Colombia de visitante, le dije que lo que le había hecho a James Rodríguez en Quito no se lo iban a perdonar (gambetearlo con una galleta). Le dije que debía estar a la defensiva, que si le daban, que no dijera nada, que se levante y siga. Quién le manda a hacerle esa jugada a James (risas). Lo bueno es que se cuidó y no pasó nada (en el 0x0 contra Colombia en Barranquilla)”.
“Vengo viéndolo entrenar desde los 5 años, cuando lo tenía que ir guiando para que no hiciera las cosas mal. Y lo mismo ahora, tengo que estar llamándolo para ver cómo va. Es el deber de toda madre. Me tocó trabajar fuerte por mis hijos, y ese es el deber de cada madre, darle lo mejor a sus hijos”, complementó, con sentimientos encontrados al ver que no fueron en vano todos los sacrificios que realizaron juntos durante varios años.
“Es muy duro para una madre con 5 hijos, salir a luchar todos los días, pero Dios es grande y solo Él sabe cómo hace las cosas. Ir a buscar trabajo de casa en casa, y a veces en la cara me cerraban las puertas, pero eso me motivaba para seguir luchando hasta conseguirlo. Lo bueno es que nunca me dejé. La idea era poder sacar adelante a mis hijos. A él le gusta el encocado de camarones y concha. A eso se le suma los maduros fritos. Teníamos problemas porque no le gustaba la sopa, pero conmigo tenía que comer o comer, no había más. Y hasta ahora sigue así”, culminó.