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hace 5 años
En el Exterior

“Siempre hay para alcohol y fiesta pero no hay para los útiles del niño si va a la escuela” (VIDEO)

Joel Valencia 11

Joel Valencia fue entrevistado en Polonia y compartió un análisis sobre la sociedad ecuatoriana

Joel Valencia, máximo goleador y líder de asistencias del Piast Gliwice que marcha en el tercer lugar de la Liga de Polonia, fue entrevistado por el periodista Dominik Piechota del diario Przeglad Sportowy, compartiendo un crudo análisis sobre la sociedad ecuatoriana.

Vida en Polonia. "Es sorprendente pero no estoy solo en Polonia. Antes del partido contra el Cracovia me di cuenta de que la cocinera del hotel era ecuatoriana. Intercambiamos números y ahora nos invitamos a comer la comida típica de nuestro país. No estoy solo en el fin del mundo. Me advirtieron sobre el racismo en Polonia pero no lo veo en absoluto. He recibido insultos individuales de borrachos pero no los tomo como algo personal, porque no pueden odiar a alguien que no conocen. Soy negro y eso no es típico, punto. Soy feliz aquí y me fascina Gliwice".

Mala experiencia con el FC Koper. "En Eslovenia no nos pagaron por varios meses pero seguíamos pagando el 40% de impuestos. Nos sacaban de los hoteles. Cometí el error de confiar en ellos. Tuve lesiones que me traté solo porque los fisioterapeutas no trabajan gratis. Estoy extremadamente agradecido con el Piast".

Brillante momento y sus estudios. "Estoy en el mejor momento de mi vida deportiva pero no vivo en números porque pueden falsificar la realidad. Me alegra más crear ocasiones para mis compañeros. Puedes pasar parado 90 minutos y anotar el 91 y te conviertes en héroe aunque hayas tropezado con tus propias piernas. Trato de ir día a día, sin pensar a largo plazo y continuar trabajando de la misma manera. Nunca soñé con ser futbolista. Me divertía pero no pensaba en llegar a profesional. Fue con el tiempo que todo creció y debuté muy joven en el Zaragoza. Sin embargo, espero un día retomar mis estudios de Psicología del Deporte. Espero desarrollarme en esa dirección".

Prioridades equivocadas.
"En Ecuador siempre hay dinero para alcohol y fiesta, pero si el niño va a la escuela no hay para los útiles. Siempre hay una justificación. 'El gobierno no nos apoya'. Siempre excusas. Europa cambió mi mentalidad. También cometo errores pero trato de ver la vida de forma lógica. La mentalidad del ecuatoriano da demasiada importancia a cosas triviales. Por ejemplo, lo más soñado es el último celular. Todos lo comprarán aunque luego no hay para luz y agua. Todas las casas tienen televisores grandes pero después deben reunir para comprar agua embotellada”.

Hay que cambiar la mentalidad. “En Ecuador los padres de los futbolistas sueñan con que sus hijos crezcan, ganen mucho, construyan una casa y alimenten a la familia. Esperan demasiado de algo que es muy difícil y se decepcionan. Sabemos cómo funciona la pelota. Un día estás en la cima y otro en lo más bajo. Tenemos que ayudar a las personas a aprender cómo pueden lidiar con ellos mismos, el valor del trabajo, y esperar que ellos se lo transmitan a sus hijos. El dinero no va a salvar a nadie. La mentalidad en el Ecuador es completamente diferente”.

Infancia que no fue un cuento de hadas. "Viví en Cabuyal hasta los 7 años. La infancia me pareció perfecta pero cuando volví, 9 años más tarde, vi que mi imaginación me había engañado. Recordaba mi casa como enorme, jugando con mis primos en un río como de cuento de hadas. Volví de adolescente y la realidad era otra. No recordaba que vivíamos en tal pobreza. Al fin y al cabo, ¿qué necesita un niño para ser feliz? Al niño no le importa la realidad, no busca lo material. Sin embargo me crié en Europa y vi un nivel de vida diferente. Cuando volví me cuestioné por qué las cosas eran así”.

Hace lo que puede por dar una mano. “En Ecuador las ciudades como Guayaquil o Quito tienen un nivel de vida más alto pero la pobreza azota los pueblos. En ellos hay algo parecido a casas pero simplemente no puedes vivir en ellas, y hay familias numerosas que apenas pueden alimentarse. Ves eso y piensas cómo ayudar. Una persona no puede salvar al mundo sola. Mi madre, que es concejala del pueblo, ayuda gente en la región, y yo llevo dulces a los niños y colaboro con la construcción de viviendas cuando vuelvo a Cabuyal. Sin embargo, no puedes darles todo. Lo que más necesitan es educación".

NdlR: Traducción tomada del periodista Julio Vacacela (@JulioVacacela).

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