El Ídolo se vio empañado por factores ajenos a lo deportivo (RESUMEN)
La era de Cevallos en Barcelona dejó un 2019 con un mal sabor de boca a su hinchada
No fue la temporada que el equipo más popular del país se esperaba. Un club de la talla del Coloso de América aspira a estar siempre como protagonista en la disputa de campeonatos. Las deudas, temas extra deportivos y las elecciones dilapidaron sus objetivos.
Barcelona inició la temporada con su tradicional fiesta de la que fue partícipe Andrea Pirlo. Sus dos refuerzos más renombrados eran Sebastián Pérez y Fidel Martínez. No comenzaba el campeonato y el hincha Torero pensaba que esta iba a ser un gran año hasta que se vino el primer golpe. Por un error administrativo dijeron adiós a la Libertadores en segunda fase. El reclamo sigue hasta la fecha en el TAS a la espera de respuesta.
No quedaba más que poner sus ojos en el torneo local y una despedida ocurría de manera impensada. El 12 de abril Guillermo Almada le puso fin a su ciclo como entrenador del Ídolo. Leo Ramos vino a asumir el cargo con una seguidilla de buenos resultado que los llevaron a completar la primera vuelta como punteros.
Pese a que el segundo semestre inició con la consecución de la Copa Spencer y la llegada de Jonathan Alvez, la marcha de Xavier Arreaga y Félix Torres pegaron a una zaga central que estaba consolidada. Comenzó la caída entonces para el club que a finales de agosto descendió a la quinta posición.
Se vino el tiempo de elecciones en medio de amenazas de demandas en FIFA, resta de puntos y hasta problemas internos como el no tener servicio de agua. Esto dio un giro en el socio del club que apostó por acabar con el ciclo de José Cevallos y darle el apoyo a Alfaro Moreno. Era un momento en que lo último que se pensaba era cuánto dinero se canceló en haberes pendientes.
El triste final se aproximaba para el club allá por el 27 de octubre cuando Técnico Universitario se tomó el Monumental. Leo Ramos se guardó jugadores para la vuelta de Copa Ecuador ante Delfín y esto acabó con la salida del uruguayo al ser eliminados por el elenco manabita.
No había tiempo para lamentarse en el Ídolo pues había que cerrar el torneo regular. La victoria de dos a uno sobre Olmedo les dio un respiro al asegurarse jugar la Libertadores con el segundo lugar en la tabla general. Tabaré Silva llegó entonces para hacerse cargo del plantel de cara a los playoffs.
La debacle final para Barcelona se dio un 27 de noviembre más allá de la polémica arbitral con Marlon Vera. Aucas había ganado en la ida y con el cero en la revancha, los eliminó en cuartos de final cuando aspiraban a pelear por la corona.
Alfaro Moreno asumió oficialmente la administración del club a inicios de diciembre y su primera moción fue que se realice una auditoría forense para determinar posibles responsabilidades en el club por manejos económicos y arreglos de contratos con jugadores.
Sus decisiones han sido tajantes. Fabian Bustos como nuevo entrenador, refuerzos con talento y renovar a Fidel Martínez y Mario Pineida. El Beto le puso punto final al ciclo de Máximo Banguera en el club por cuestiones políticas. La principal tarea para 2020 y los años venideros, armarse con nombres no tan rimbombantes y sacar de una vez por todas al Ídolo de la crisis económica. La pretemporada será corta pues a la vuelta de la esquina debutan internacionalmente en primera fase de Libertadores.